Nota Consejo Profesional de Arquitectura y Urbanismo

La propia práctica de la disciplina de la arquitectura, por mi parte, está signada por el desempeño en diversos espacios de estudio y escenarios de actuación que posibilitan la construcción, sociabilización, retroalimentación, e implementación de los conocimientos en la producción de arquitectura en tiempo real.

Los viajes, como experiencias del habitar de las ciudades y el legado construido de múltiples generaciones, persiguen el entendimiento y la aprehensión de la estrecha relación entre arquitectura y civilizaciones. Mediante la mirada intensiva y con el objeto de incrementar el intelecto visual sobre los artefactos arquitectónicos, intento dilucidar las relaciones que dan legalidad y sustento formal a las propias concepciones, a la vez que determinan un producto cultural. Discernir mediante el juicio estético entre obras que incrementaron el nivel cultural de las ciudades (y aún hoy son material de estudio) de restantes exponentes desprovistos de valor, en las que el propio paisaje que intentaron conformar vengó su efímera existencia. Experiencias convertidas, en definitiva, en invalorable material de futura utilización.

El estudio simultáneo, pormenorizado y con justa distancia de la "legalidad" que las propias publicaciones le confieren a lo construido, de obras del pasado que han sabido resistir el paso del tiempo y obras contemporáneas que manifiestan en su concepción conciencia sobre el pasado, a la vez que conforman artefactos materializados con elementos producidos bajo teorías y técnicas del conocimiento científico. Conocimiento alcanzado al momento, por una sociedad en constante transformación. Material que se presenta como valioso y asequible tesoro de múltiples generaciones.

Los concursos de arquitectura, definidos en asistencias de puesta a prueba mediante procesos de investigación, producción y transferencia de conocimientos entre disciplinas al momento de la concepción de artefactos arquitectónicos de diferentes temáticas y escalas. Producción determinada bajo la generación e implementación de un espíritu crítico imprescindible en permanente construcción y estado de juicio. El escenario de los concursos entendido como ámbito de oposición simultánea deviene en la oportunidad de constatar las diversas y múltiples propuestas, bajo idénticas condiciones, y la propia legalidad inherente, reconocida mediante la valoración de lo producido.

El escenario de la docencia e investigación, comprendido como plataforma de generación y sociabilización del conocimiento generado por un conjunto colectivo, habilita la exploración, el ensayo y el desarrollo de arquitectura a través de múltiples hipótesis propuestas.

El escenario corporativo, entendido como ámbito de gestión, desarrollo y producción de arquitectura a grandes escalas mediante operaciones en diversas y distantes locaciones, contribuye a la continua construcción y revalidación de un pensamiento y modo de actuación universal y contemporánea, indispensable en la práctica de la disciplina, y que persigue trascender los distintos estratos y actores de la compleja organización.

Los propios proyectos, espacios de estudio y actuación que devienen en la concepción de artefactos arquitectónicos que procuran conformar el paisaje del que se alimentan, bajo leyes estéticas y funcionales que le confieren sustento formal. Artefactos que intentan promover los intercambios necesarios con el medio en el que actúan para convalidar su viabilidad energética, al tiempo que son materializados con elementos sensibles en su comportamiento a las condiciones del entorno que generan. En definitiva, concepciones conscientes del pasado que intentan, a su vez, dar cuenta de verdaderas necesidades y condiciones de nuestra época.

En definitiva espacios y escenarios superpuestos y simultáneos que contribuyen a la construcción de artefactos que habitan en su génesis, la consecuencia en el tiempo, el valor del espíritu crítico, y persiguen la rigurosidad y la claridad de pensamiento con el objeto de contribuir al producto cultural de nuestras ciudades.

Federico Marino, Arq. Marzo 2012.



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